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Por qué y cómo aprender a gestionar las emociones

[vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Crees que sabes gestionar tus emociones? Para saber manejar bien nuestras emociones necesitamos saber reconocerlas. Veamos qué son las emociones y por qué deberíamos prestarles atención. Eso nos lleva a qué significa saber gestionar las emociones y por qué es tan importante.

Qué son las emociones

Las emociones son reacciones a estímulos cuando percibimos una persona, un suceso, un recuerdo, un objeto o un lugar. Nos impulsan a adaptarnos al entorno acercándonos a unos y alejándonos de otros. Activan ciertas conductas y asociaciones en la memoria. Además organizan respuestas de nuestro sistema biológico: en el sistema nervioso, los músculos, la voz, las expresiones faciales y el sistema endocrino.

Todo ello para ponerse en la situación óptima para un comportamiento más efectivo ante los estímulos recibidos. Sin embargo hay que tener en cuenta que lo que consideramos un comportamiento efectivo es subjetivo. Depende de la educación que hemos recibido, de nuestras experiencias, creencias y patrones adquiridos.

La liberación de neurotransmisores u hormonas causa los distintos estados emocionales que luego se convierten sentimientos y finalmente en lenguaje. Los sentimientos son más duraderos en el tiempo y se pueden expresar verbalmente.

 

Imagen de Alexas_Fotos en Pixabay

Cuando las emociones se convierten en sentimientos

Este punto es importante recordar en situaciones en las que sentimos cierta emoción que luego retroalimentamos mentalmente. Pongamos por ejemplo que cierto suceso con una persona te causa rabia. Una vez pasado este momento de ira nuestro cuerpo y cerebro tienden a buscar normalizarse.

Pero puede que retroalimentemos la emoción comiéndonos la cabeza sobre lo que ha ocurrido y cómo nos ha tratado la otra persona. Entonces estamos verbalizando la emoción y puede que hasta convirtamos un momento de rabia en un sentimiento de aversión o incluso odio hacia la otra persona. Lo que ha sido un estado emocional de ira pasajera se convierte en un sentimiento duradero de enfado, rencor, aversión u odio hacia el otro.

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Emociones primarias

Las emociones primarias son innatas. Las experimentamos en respuesta a un estímulo. Aquí el psicólogo estadounidense Paul Ekman clasificó seis estados emocionales básicos: alegría, asco, ira, miedo, sorpresa y tristeza. Sin embargo, un estudio más reciente, llevado a cabo en la Universidad de Glasgow en Reino Unido, concluye que las emociones primarias solamente son cuatro. Estudiaron las expresiones faciales que muestran las emociones. Dichas señales son fruto de la evolución biológica y social. Por eso afirman que el asco y la ira por un lado y la sorpresa y el miedo por el otro lado comparten una misma expresión base.

Imagen de tim striker en Pixabay

Emociones secundarias

Las emociones secundarias se deben a normas sociales y morales. Las adquirimos según crecemos e interactuamos con otras personas. También pueden ser una combinación de varias emociones básicas. Por tanto siguen a las emociones primarias en función de la situación. Además pueden ser más difícilmente reconocibles porque no las expresamos de forma tan clara como las emociones primarias.

La sorpresa o el miedo (hemos visto antes que evolutivamente parece ser la misma emoción) se pueden tornar en enfado o una sensación de amenaza. La alegría se puede convertir en entusiasmo, orgullo, placer o satisfacción. El desprecio puede seguir al asco. La ira se puede convertir en enfado, odio, culpa o vergüenza por ejemplo.

En el mundo de las #emociones se pueden distinguir las primarias y las secundarias. Cuál es la diferencia y por qué es importante. #gestionemocional #inteligenciaemocional Clic para tuitear

Cómo aprendemos a expresar nuestras emociones

Venimos al mundo con una mochila llena de emociones para expresar lo que sentimos. Cuando somos bebés y no nos podemos expresar con palabras, son la manera de compartir lo que sentimos y necesitamos. Cuando se trata de alegría es fácil. Pero cuando se trata de transmitir que tenemos hambre o sed, que nos molesta o duele algo la cosa se complica. Nos echamos a llorar y nuestros padres intentan adivinar qué nos pasa.

Cuando crecemos y aprendemos a comunicarnos también con señas y palabras se supone que la cosa se pone más fácil. Pero empiezan a aparecer los primeros condicionantes. Nuestros padres nos transmiten de forma consciente y también inconsciente cómo debemos comportarnos; cómo debemos o no debemos expresar nuestras emociones; qué está bien visto y que no; qué hacer para que nos quieran y cuiden. Es entonces cuando desarrollamos además de las emociones primarias también las secundarias.

Cómo aparecen los bloqueos emocionales

Puede que aprendamos que no está bien que nos enfademos. Puede que nos enseñen que no debemos estar tristes y que siempre hay que poner buena cara. También puede que crezcamos pensando que siempre debemos ser fuertes, que no debemos mostrar nuestros miedos, no mostrarnos vulnerables.

Incluso podría ser que desarrollemos la creencia de que no deberíamos mostrarnos demasiado efusivos cuando nos alegramos o nos sentimos orgullosos por algo. Es posible que aprendamos que el amor que recibimos es condicionado a cómo nos comportamos. Nos van a querer solo si nos comportamos bien. Van a cuidarnos solo si somos dependientes.

Como puedes ver por estos ejemplos, de niños desarrollamos todo tipo de patrones de comportamiento y de creencias. ¿Te reconoces en alguno? ¿Leyendo los ejemplos se te ha ocurrido alguna creencia limitante que has arrastrado hasta tu adultez?

Venimos al mundo con una mochila llena de #emociones. ¿Sabes gestionarlas de forma saludable? #gestionemocional #inteligenciaemocional Clic para tuitear
Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay

Cuál es el resultado de los bloqueos emocionales

Aprendemos los patrones y creencias mencionados antes no solamente en casa con nuestra familia. También vivimos en una sociedad en la que parece que todos debemos estar felices y contentos en todo momento. No está bien visto que mostremos las llamadas emociones negativas como la ira. No debemos mostrarnos vulnerables porque qué vergüenza llorar en público. O puede que creamos que para caer bien a los demás mejor estar de acuerdo con ellos y no declinar su peticiones. 

Si ya de niños hemos aprendido qué emociones están bien vistas y cómo comportarnos para sentirnos amados y protegidos, de adultos seguimos encorsetados en lo que se considera de buena educación.

Todos esos condicionantes, patrones de comportamiento y creencias nos llevan a bloquearnos en ciertas situaciones. No cuesta manejar todo el abanico de emociones, tanto las llamadas positivas como las consideradas negativas porque nos preocupa lo que puedan pensar de nosotros.

Cuando creamos una coraza protectora

Como animales sociales que somos, todos queremos ser aceptados y amados. Pero el miedo al rechazo, a no ser suficiente, nos puede llevar a crear un coraza detrás de la que escondemos nuestras emociones. Nos hacemos los alegres siempre o echamos la culpa a los demás si las cosas no son como nos gustaría.

Esta coraza, que se puede expresar de muchas maneras diferentes, nos acaba limitando a nosotros mismos. No nos permite vivir la vida con plenitud porque ocultamos nuestra esencia y construimos nuestras relaciones interpersonales desde el miedo. Incluso nos puede hacer enfermar.

De niños creamos #creencias y #patronesdecomportamiento según cómo percibimos que debemos expresarnos. ¿Tus patrones y creencias te limitan? #gestionemocional Clic para tuitear

Cómo aprender a gestionar nuestras emociones

No somos robots sino personas de carne y hueso y por supuesto con emociones y sentimientos. En el fondo todos queremos sentirnos bien en nuestra propia piel y relacionarnos con los demás de forma positiva y saludable. Para ello hace falta indagar en nuestro interior. Si quieres tomar consciencia de tus bloqueos y limitaciones te propongo que te hagas estas preguntas:

  • ¿Cómo está tu amor propio? ¿Crees en tu propia valía y te quieres y respetas a ti mismo?
  • ¿Qué emociones tienes miedo a expresar?
  • ¿Por qué crees que es así?
  • ¿Qué creencias tienes al respecto que no te permiten expresar tus emociones?
  • ¿Qué patrones y creencias crees que te limitan en tu vida?

Una vez hayas alumbrado tus sombras piensa en qué pequeños pasos puedes dar para salir de tu caparazón. Estas pequeñas acciones pueden ser muy variadas porque dependen de las limitaciones y de los miedos que hayas detectado. Veamos algunos ejemplos.

Ejercicios para liberarte

  • ¿Te muestras amor a ti mismo? ¿Cuidas de ti o te machacas con un diálogo interior negativo? A veces nos hablamos como nos atreveríamos a hablar a otros y podemos ser nuestro propio peor enemigo. Toma consciencia, préstate atención y dite a ti mismo que te quieres y que eres genial como eres. 
  • Si te has dado cuenta de que no te atreves a compartir tu opinión o decir que no por miedo a que no te acepten puedes entrenar tu asertividad con pequeños ejercicios.
  • Si crees que siempre debes poner buena cara y estar alegre, la próxima vez que te preocupe algo prueba a confiar en una persona cercana y comparte cómo te sientes.
  • Puede que hayas aprendido a ser autosuficiente y no depender de nadie. Entonces prueba a pedir ayuda a alguien.
  • Tal vez creas que hay que hacerlo todo perfecto siempre. Entonces prueba a ver qué pasa si te dejas de preocupar por la perfección y te concentras en que quede hecho.
  • Relacionado con el punto anterior es posible que pienses que si no lo haces tú nadie lo hará o no quedará bien hecho. Suprime tu impulso de controlarlo todo y muestra confianza a otro dejándole hacer algo a su manera.

No puedo cubrir aquí todos los posibles casos y situaciones. Pero pretendo que reflexiones cómo te puedes liberar de esas cadenas que limitan tu crecimiento personal, socavan tu autoestima y pueden perjudicar tus relaciones interpersonales.

¿Crees que sabes gestionar bien tus #emociones? Con qué preguntas detectar posibles #bloqueosemocionales y limitaciones. #gestionemocional #inteligenciaemocional Clic para tuitear
Imagen de Free-Photos en Pixabay

Cómo liberarte de tus bloqueos emocionales

Sin embargo es un camino que no hace falta que recorramos solos. De hecho no deberíamos tener miedo a necesitar la ayuda de profesionales: psicólogos, terapeutas, expertos en inteligencia emocional, facilitadores de crecimiento personal o coaches.

Yo he tenido la suerte de participar en un retiro de crecimiento teatral impartido por Nuri Zubiri de la mano de Plázida. Consiste en aprovechar las herramientas del mundo del teatro y de la interpretación para trabajar la gestión de las emociones y el crecimiento personal. Ayuda a tomar consciencia de los miedos y los bloqueos que nos limitan en nuestra vida.

Pero no te digo que sea un camino fácil. Requiere valentía y tesón indagar en nuestro interior. Nuestra coraza se encargará de inventarse mil excusas buenísimas para proteger nuestros miedos y nuestra vulnerabilidad; para hacernos creer que cualquier cosa que padezcamos ahora mismo es mucho mejor que enfrentarnos a nuestros miedos más profundos, por más liberador que esto último pueda ser. Porque la incertidumbre de lo que nos podemos encontrar también puede dar mucho miedo.

¿Quieres aprender a gestionar mejor tus #emociones? Requiere valentía indagar en nuestro interior pero no tienes que recorrer el camino solo. #gestionemocional Clic para tuitear

¿Sabes gestionar tus emociones?

¿Cómo está tu mundo emocional? ¿Crees que sabes gestionar bien tus emociones? ¿Te has dado cuenta de que tienes creencias y patrones de comportamiento que te limitan en ciertas situaciones de tu vida? ¿Estás preparado para indagar y liberarte de las cadenas que te atan a creencias y patrones que ya no te ayudan?

gestionar las emociones
Imagen de S. Hermann & F. Richter en Pixabay

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